A más de uno, el término "hipnosis" le hará pensar en tratamientos clínicos, en sugestiones, incluso en la simulación que practican algunos números circenses. Pero difícilmente alguien asocie directamente a la hipnosis, con la enseñanza de idiomas.
Y si bien al razonarlo, podría aceptarse esta novedad, sin dudas resultará curioso al lector conocer que el sistema es empleado en Uruguay, a niveles de tal profundidad, que llegan alumnos desde Europa y Estados Unidos, para desarrollarlo.
La hipnóloga uruguaya, María Laura Llanes, profesora de Física del Instituto de Profesores Artigas, master en educación y directora del Centro de Estimulación de Inteligencia, ha desarrollado esta experiencia que alcanza logros de bastante mayor transcendencia que los convencionales.
"A través de mi profesorado, de mi especialización educativa, comenzamos en 1980 una serie de estudios que concluyeron en esta posibilidad real de aprender idiomas en estado hipnótico", explicó Llanes a LA REPUBLICA.
El método, permite el aprendizaje de casi cualquier idioma, de forma sumamente acelerada, aunque de momento en Uruguay se enseñan: inglés, francés, alemán, italiano y portugués.
"En realidad nosotros lo hacemos con idiomas, pero el método permite ser aplicado a casi cualquier materia, sin que existan contraindicaciones de tipo alguno", indicó Llanes.
La clase de idiomas es dictada con el alumno sentado en un cómodo sillón, en el cual es inducido a la hipnosis por la especialista. Una vez en ese nivel, el docente del idioma leerá la lección, que quedará "grabada" en el subconsciente del aprendiz. Concluida esta fase, la hipnóloga vuelve al individuo a su conciencia habitual.
"Al ser sacados de la hipnosis, se les debe leer el texto nuevamente, para que los individuos envíen esa información de lo inconsciente a lo consciente. Ya desde el comienzo, el hipnotizado alcanza una pronunciación casi exacta, que grabó en su mente, durante la lectura del profesor de idiomas", añade.
La especialista señala que el sistema empleado en Uruguay es distinto al utilizado en otros países, donde se induce al individuo al "estado alfa" (el estado en que se encuentra la mente entre el sueño y la vigilia). "El estado alfa es de bastante menor profundidad que la hipnosis. En Estados Unidos, suele confundirse ese estado de conciencia, con la hipnosis, por lo cual los resultados son bastante menos destacables", puntualizó Llanes.
Descarta sin embargo la especialista, algunas formas publicitadas de aprendizaje de idiomas mediante el subconsciente, donde mediante la venta de casettes o CD, se afirma que el individuo aprenderá mientras duerma. "Resulta bastante más complejo de creer que sea realmente efectivo. Existe una cuestión presencial casi imprescindible del técnico para que haya resultados positivos", explicó.
En cuanto a las preferencias de los estudiantes extranjeros, por el método ejecutado en Uruguay, a diferencia de similares en países más desarrollados, la especialista entendió que los resultados en nuestro país son mejores, "en tanto trabajamos a nivel de hipnosis, más profundo que el de la zona alfa, donde habitualmente trabajan los técnicos en otras partes del mundo".
Asimismo, se emplea un plan integral focalizado en los resultados deseados: induciendo al alumno a contextualizar en el idioma que está aprendiendo, se evita la traducción palabra a palabra, que tanto dificulta habitualmente una inserción del alumno en lo global de la lengua que está aprendiendo.
Existen distintos niveles de aprendizaje por supuesto, con una extensión de 60 horas para inglés y alemán, y 50 horas para las otras tres lenguas dictadas.
Un lustro, una semana
Se entiende que un alumno podrá tener un relativamente fluido manejo del inglés al cabo de 10 horas durante seis días. Esa intensa presencia del alumno es fundamental, ya que facilita la concentración, "y evita por ejemplo que llegue corriendo de la calle e intente relajarse para la hipnosis en cuestión de minutos. Las hipnosis de esta manera son más profundas, ya que el alumnos se encuentra ya inmerso en la materia".
Los niveles de aprendizaje permiten que alguien que haya superado el más elemental, alcance a identificar un vocabulario de 2.500 palabras aproximadamente, así como a comunicarlos tanto de forma verbal como escrita.
El segundo nivel, es considerado un verdadero salto ya que permite adquirir tantos conocimientos como al cabo de cinco años de cursos convencionales, entendió la especialista. Llanes agrega que quien concluye el primer nivel, está en condiciones "de manejarse en un país donde se habla ese idioma". Quien accede al segundo nivel, podría ya cumplir funciones laborales, entiende la especialista.
Estimular la inteligencia
Además de los cursos de idiomas de alto impacto, el Centro de Estimulación de la Inteligencia, (Ceydi), que dirige la licenciada Llanes, apunta también a una técnica de estimulación de la inteligencia, en su globalidad.
"Siempre se afirmó que la herencia era el factor determinante del nivel de inteligencia de las personas. Actualmente se sabe que no es así. La inteligencia se desarrolla a lo largo de la vida independientemente de la edad", explica la directora de Ceydi.
Es que existen numerosas definiciones de inteligencia, desde la simple definición como aquello que miden los tests de inteligencia, hasta definiciones más elaboradas que no hablan de una sola inteligencia, sino de inteligencias múltiples.
"Nosotros consideramos la inteligencia como la suma de todas las funciones intelectuales que intervienen en nuestra actividad mental", explica. "Esas funciones, son las que se pueden estimular. Existe una estimulación natural, que depende del ambiente, de la educación, de la familia, etc. Pero existe otra estimulación pensada y organizada para lograr que las diferentes funciones intelectuales trabajen de la mejor forma: es de esta última estimulación de la que se encarga curso de estimulación de la inteligencia".
Concluyen apuntando los responsables del curso , que el mismo "estimula las funciones por separado. En la vida diaria, se usan todas juntas, pero al estimularlas por separado y luego juntarlas, todas se potencian entre sí. De esa forma, se evita lo que es muy común entre las personas, apoyarse en la función que está mejor e ir olvidando las otras".
Descartan la posibilidad de alcanzar esta metas en pocos días, promocionan algunos programas que tratan de solucionar los problemas de aprendizaje, y enfatizan que el método de estimulación de la inteligencia no enseña recetas ni caminos cortos: "se dirige a la parte estructural de la mente, haciendo que la función trabaje, estimula la función, independientemente del contenido que luego se quiera aprender. Es por eso, que este curso es útil no solamente para las personas que están estudiando, sino para la vida en general. Ser inteligente es un estilo de vida que se desarrolla".
Más información sobre estos cursos pueden obtener los interesados en la dirección electrónica: www.ceydi.org *
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